Seúl, la capital de Corea del Sur, es un destino fascinante que deja una huella imborrable en sus visitantes. Conocida por su vibrante mezcla de culturas tradicionales y modernas, Seúl es el destino perfecto para los viajeros que buscan aventuras y quieren sumergirse en una nueva cultura. En mi última visita a esta ciudad, descubrí por qué Seúl se considera uno de los destinos de visita obligada en Asia.
Mi viaje comenzó en el Palacio de Gyeongbokgung, un monumento histórico que muestra la grandeza de la arquitectura tradicional coreana. Los terrenos del palacio estaban llenos de edificios tradicionales coreanos y jardines ornamentados, un oasis de paz en medio del caos de la ciudad. Me impresionaron los intrincados detalles de la arquitectura del palacio, como los altísimos pilares de madera, los delicados biombos pintados y las delicadas tallas de las tejas. Pasé horas explorando el recinto, admirando la belleza y grandeza del lugar.
Torre de Namsan: Un Paisaje Inaudito
Cuando el sol empezó a ponerse, me dirigí a la Torre Namsan, un mirador que ofrece una vista panorámica de la ciudad. Situada en lo alto de una empinada colina en el centro de Seúl, la Torre Namsan ofrece una vista impresionante del perfil de la ciudad, rodeada de las exuberantes montañas verdes que la rodean. Saboreé el momento, disfrutando de la magnífica vista y capturando recuerdos que atesoraría toda la vida.
Mi última parada fue en el bullicioso distrito de Myeong-dong, donde las estrechas calles estaban llenas de vendedores ambulantes de todo tipo, desde comida callejera coreana hasta bolsos de diseño. Los sonidos de las charlas, las risas y el ruido de las ollas llenaban el aire, creando una atmósfera vibrante a la que era difícil resistirse. Probé toda la comida callejera que pude, saboreando cada bocado y reflexionando sobre todos los recuerdos que había creado en esta increíble ciudad. La comida de Myeong-dong es imprescindible para cualquiera que visite Seúl, ya que muestra los sabores tradicionales de la cocina coreana en un ambiente moderno.
El fin de mi apasionante viaje a Seúl
Cuando mi viaje llegó a su fin, sentí una mezcla de tristeza y gratitud. Estaba triste porque mi estancia en Seúl había terminado, pero agradecida por todas las experiencias y recuerdos que había vivido. Subí a mi avión, reflexionando sobre todo lo que había visto y hecho, y prometiendo volver a esta increíble ciudad una vez más. Ahora seguiré estudiando coreano en Barcelona porque sin duda me ha servido para disfrutar mucho de la ciudad.
En conclusión, Seúl es una ciudad como ninguna otra, con una rica historia, una arquitectura impresionante y una energía vibrante que no tiene parangón en el mundo. Tanto si te gusta la gastronomía como si eres una aficionada a la historia o una aventurera, Seúl tiene algo que ofrecer a todo el mundo.